España no podría entenderse sin el turismo. El sector es uno de los grandes motores de nuestra economía. Los datos lo dejan claro: en 2019 supuso el 12,4% del PIB español, es decir, 154.487 millones de euros, y generó 2,72 millones de puestos de trabajo, un 12,9% del empleo total, según el INE. La crisis del coronavirus frenó en seco la evolución de un sector que ha sufrido unas pérdidas en el año 2020 de 106.000 millones de euros. El turismo en España ha sido uno de los más castigados pero hay motivos para pensar que ya estamos en el camino de la recuperación.
En la reactivación del sector hay dos elementos que van a jugar un papel fundamental. Por un lado, la sostenibilidad: vamos hacia un turismo cada vez más verde y más responsable con el medioambiente. Por otro lado, la digitalización: a nivel tecnológico, estamos obligados a repensar nuestra forma de hacer las cosas y a aprovechar todos los recursos que la innovación pone al alcance de los destinos turísticos para tomar mejores decisiones en todos los ámbitos: gestión, procesos, productos y servicios, marketing digital e incluso la manera de relacionarse con el turista.
Y tomar estas decisiones implica manejar la mayor cantidad y los mejores datos. «Hasta ahora, los datos existían», dice Enrique Martínez, presidente de Segittur (Sociedad Estatal de Gestión de la Información y las Tecnologías Turísticas), «pero a veces no era fácil encontrarnos».