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En España hay unos 7.000 km de costa, repartidos en 425 municipios, ubicados en unos 4.000 km de playa, con un total de unas 3.500 playas. Todo ello sin contar con las llamadas playas continentales, estas son las que están ubicadas en pantanos, ríos y embalses, que cada año están más de moda. En breve podremos ver las banderas azules luciendo en nuestras playas, y esperamos verlas “llenas” de personas. Será la señal de que empezamos la recuperación de la economía.

Recibimos anualmente unos 80 millones de turistas, de los cuales el 80% son sol y playa. Estos tienen la posibilidad de preparar su viaje de forma digital, hotel, avión, transfer, restaurantes, etc., pero cuando llegan a las mejores playas de Europa ¿qué se encuentran?, ¿cuál es el nivel de digitalización de nuestras playas? Siento decir que bajo. Hace no mucho tiempo se nos llenaba la boca hablando de las Smart Beach, pero siento decir que no se le dio la importancia, el presu- puesto, o los partners necesarios para impulsar unas playas a la altura de lo que demanda un cliente digital.

Empezamos a ser conscientes del cambio en los hábitos de consumo del cliente, si antes del COVID-19 veíamos cómo las grandes plataformas del comercio electrónico nos estaban volviendo consumidores acomodados, durante la pandemia los envíos de comida a casa se multiplicaron, el miedo a las colas, a no guardar la distancia de seguridad, contagio, etc., han hecho que nos queramos exponer menos y que no queramos estar en sitios donde la aglomeración de personas pueda suponer un problema.

Pero, por otro lado, somos animales de costumbres, queremos disfrutar de la playa con la familia, tumbarnos al sol en una hamaca, tomar unos espetos en el chiringuito, y dar paseos por la orilla. ¿Cómo hacer esto, guardar las distancias de seguridad recomendada? ¿Qué nos puede aportar aquí la transformación digital?

Monitorización, geolocalización, seguridad, información a tiempo real, queremos saber que está pasando en la playa, qué me voy a encontrar cuando llegue, qué servicios se pueden reservar con anterioridad.

Por ejemplo, al igual que reservo un coche, hotel, mesa en un chiringuito, quiero poder reservar otro tipo de servicios a pie de playa, como puede ser una hamaca. Cuando llegue a la arena no quiero depender de la suerte de si habrá o no libres, quiero hacer la reserva con anterioridad y tener la seguridad de que cuando llegue la tendré disponible.

Además, como esto del confinamiento me hizo más digital, a través de la app y desde mi hamaca quiero poder pedir el aperitivo, la prensa, un libro, o una crema bronceadora… En resumen, tener un marketplace a pie de playa. Estamos en la época de los servicios y la experiencia de usuario, si queremos impulsar la recuperación de la economía a través del turismo, el “impulso de lo digital” es la llave.

La recuperación de un activo clave para nuestro país como es el turismo es de vital importancia, todos debemos arrimar el hombro, pero no es baladí que, sin el impulso de las autoridades, las Smart Beach no serán la realidad que están llamadas a ser.

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