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Como ya auguraba un diario español, hasta lo que llevamos del 2016, España ha vivido un auténtico “Tsunami” de turistas. Según el INE, hemos recibido un total de 9,6 millones de turistas internacionales en julio, un 9,3% más que en el mismo mes de 2015.

Pues bien, yo que viajo mucho, normalmente fuera de temporada, siempre me he identificado como turista, viajera, visitante, veraneante… me ha dado igual. Este verano me he planteado si realmente me gusta ser turista…. ¿Soy turista? ¿Verdaderamente disfruto con esto?

Recordemos la definición de vacaciones: “Periodo en el cual las personas que estudian o trabajan suspenden temporalmente sus obligaciones. Las vacaciones están asociadas al descanso, el ocio y el turismo”.

Este año me he ido parte de julio y unos días de agosto a cuatro destinos españoles. Os puedo asegurar que este verano me ha hecho dudar si realmente he estado de vacaciones o no:

Ir con la lengua fuera al bajarte de un avión o tren, para llegar cuanto antes a la oficina de alquiler de coches por miedo a las grandes colas que se forman, amenizadas con el “off” de fondo oyendo a los clientes discutir sobre póliza de seguro sí!!, póliza de seguro no!! … o yo ya esto lo he pagado!! (decir que este tema da para largo y sería propio de un solo post).

El premio se lo llevó este verano uno de los rent-a-car que me cargó 30€ extras por recoger el coche “fuera de horas”: eran las 20.30h y en pleno agosto en un “súper destino” dónde consideran que a partir de las 20.00h ya es su “fuera de horas”, estaba yo ya antes de esa hora en la cola esperando a ser atendida, alucinante!!!!

No me gusta estar en una cala de 40 m de largo por 10 de ancho con 250 personas, toalla sobre toalla. No me gusta pasear por las calles a modo procesión, calles abarrotadas de gente, coches, no encontrar aparcamiento, más gente, más calor y con las altas temperaturas que hemos sufrido, ya ni os cuento!!! No me gustan las tiendas de colchonetas ni de imanes de nevera, no me gusta ver la terraza de un restaurante con las fotos de los platos. No me gusta que me despierten, sin ningún respeto en la playa, para venderme un collar, pareo o lo que sea… No me gusta tener que pensar cinco días antes dónde quiero cenar porque como no reserve, me quedo sin sitio!! En uno de mis bares favoritos, esa ensaladilla riquísima que suele ser servida por el camarero más ideal y simpático del mundo, a finales de agosto, la ensaladilla ya no es ni ensaladilla y al camarero le falta morderme.

¿Negatividad? Ni mucho menos… es una realidad. Es un claro problema de “estacionalidad”. Antiguamente (o era un mito) parece que pensando en las vacaciones de verano, sólo hacia buen tiempo en julio y agosto, ahora, desde mayo a octubre podemos disfrutar también de un tiempo fantástico. Antes, todos estábamos casados y con hijos y para llegar a una conciliación familiar había que veranear durante estos meses, aunque sigue siendo razón para que se siga haciendo… Ahora, somos muchos los solteros, muchos LAT (live apart together), jubilados, sin excluir las “escapadas familiares” los que nos podemos permitir el lujo de viajar en una época distinta a la temporada alta de verano. Esas sí son mis vacaciones!!!

Hablo del “lujo de viajar” e incluso a precios muchos más bajos, a estos mismos destinos pero liberados de las masificaciones que hasta llegan a agriar su carácter!! Seguiremos disfrutando de buen tiempo, tendremos la posibilidad de conocer lugares como a mí me gusta: playas tranquilas, monumentos y museos “sin colas”, descubriendo rincones, viviendo experiencias, disfrutando de su gastronomía y de la amabilidad de su gente.

Los camareros y el servicio no están bajo la presión de trabajo y calor en la que viven durante los meses fuertes del verano. La ensaladilla vuelve a tener su punto de sal y puedes elegir entre varias compañías de alquiler de coches, sin necesidad de sentirte “cautivo” por la única que te ofrezca disponibilidad en ese momento.

¿Por qué estamos tan mal vistos los que queremos viajar en estas fechas? ¿Por qué cierran las guarderías en verano? ¿Realmente es necesario que nuestras empresas nos obligue a  concentrar las vacaciones durante julio y agosto? ¿Miedo al cambio? ¿Por qué el sistema nos hace vivir como borregos? Son preguntas un tanto utópicas pero claves para entender el origen del problema de la estacionalidad en el turismo, ahí lo dejo…

gabiotas

A finales de septiembre parece que a todo el mundo se les ha olvidado que han estado de vacaciones y ahora sí, te toca a ti! Tú, que eres soltero, LAT, jubilado, o simplemente quieres hacer una escapada con tu pareja o familia, aportas ese granito de arena para luchar contra la estacionalidad del sector, o al menos a suavizarla.

Tenemos que hacer ver a los empresarios turísticos que existe un nicho de mercado formado por los que por suerte podemos y nos gusta viajar fuera de temporada y así saborear esos destinos que tanto se han cansado durante el verano. Tómenselo compañeros, como una oportunidad para crear productos turísticos para este perfil.

 

Turismo

2 comentarios
  1. Natural Voyager
    Natural Voyager
    8 noviembre, 2016 en 10:06

    Amiga Patricia
    Muy de acuerdo con lo que dices y añadiría otro aspecto: los seniors europeos y sus deseos de viajar en temporada baja. Hay más de 120 millones de seniors en toda europa que viajarían en temporada baja al sur de Europa si el producto que se les ofrece responde a unos parámetros de calidad y adecuación a sus necesidades.
    Para ello se trataría de promocionar un ERASMUS SENIOR , un programa similar al ERASMUS ya existente para jóvenes y que promocionara los viajes en temporada baja entre seniors de toda Europa,
    SEGITTUR tiene aquí un reto, España ya tiene experiencia con el turismo del IMSERSO

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  2. Patricia Z
    Patricia Z • Autor del post •
    10 noviembre, 2016 en 10:53

    Muchas gracias por tus palabras. Considero que es un segmento muy interesante y espero que trabajemos en él!!!

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